AMOR, SALUD Y DINERO

Vivimos en un mundo que gira en torno a lo que el dinero pueda comprar. Desde asegurar servicios de salud, adquirir medicamentos, o hasta comprar un regalo especial para esa persona que nos roba el Corazón y queremos expresarle nuestro amor.

Cuando hay fluidez financiera, muchas cosas son posibles y una aparente felicidad es percibida por muchos. En general, la vida de quien tiene poder adquisitivo, tiende a proyectarse un tanto “más fácil”. Facilidad para tener lo que muchos conocen como “calidad de vida”, desde entrenador personal, ir a cenar a los mejores restaurantes, la mejor botella de vino, torneos en el campo de golf, noches de casino, ir de vacaciones, viajes en yate, viajes en primera clase, hoteles de lujo, casa de playa, automóvil de último modelo, inversiones en la bolsa de valores, entre otros. En la mayoría de los casos, producto de trabajo arduo, dedicación, disciplina, buenas decisiones tomadas o herencias. En otras ocasiones, producto de actividades de una economía subterránea existente. En esta ocasión, me limito a presentar la realidad de lo que vivimos.

 Sin embargo, el dinero no puede comprar la felicidad de quien sufre una adicción a drogas porque siente un vacío tras la ausencia de sus padres, por problemas de un divorcio. El dinero no puede comprar el amor, caricias y mimos hacia nuestros hijos diariamente, las horas de jugar, los recuerdos que quedarán grabados en su memoria y que fortalecen su desarrollo. El dinero no puede comprar el amor sincero, la lealtad ni la felicidad que se respira en un hogar lleno de amor y respeto. El dinero no puede comprar la salud, tras un ataque cardiaco masivo o una enfermedad terminal. El dinero solamente facilita.

Por otro lado, entramos al tema de la salud. Hay muchas personas quienes viven una constante lucha para salvaguardar su salud y encomiendan sus esperanzas a los adelantos de la medicina. La experiencia humana que vive nuestro espíritu, muchas veces encuentra retos para entender el por qué se enferman, por qué son ellos quienes sufren enfermedades, se preguntan diariamente el propósito de tener que vivir una enfermedad que probablemente les robará la oportunidad de vivir plenamente. Muchas preguntas e interrogantes para quienes carecen de salud y diariamente luchan por ver otro amanecer. La salud mental es parte de la ecuación, es en muchas ocasiones una amenaza silente que atenta contra nuestro binenestar emocional y puede afectar directamente a todos en nuestro alrededor.

Por un lado, quienes gozan de salud, en muchas ocasiones carecen de oportunidades para avanzar financieramente. El mero hecho de estar saludable físicamente, no asegura que tendrás estabilidad financiera o éxito amoroso. No es raro observar una persona exitosa financieramente, fisicamente saludable, pero carece de estabilidad emocional y como resultado fracasa continuamente en sus relaciones amorosas. El ejemplo perfecto de: “No todo lo que brilla es Oro”. Tener salud emocional y espiritual es parte del componente de salud. La salud se convierte en el pedestal de la balanza entre el amor y el dinero.

Hablemos del amor, para muchos una falacia, para otros la realización de un cuento de hadas o el génesis de una familia. Ciertamente, no todas las personas llegan a conocer su alma gemela durante su estadía en este mundo terrenal. Muchos invierten toda su existencia apostándole a la suerte y simplemente viven la chispa de un encuentro casual. Otros tantos, viven inseguridades que les impiden seguir su corazón y por muchos años viven un pesadilla emocional y existencial. Amor puede ser recibir el milagro de vida de un hijo(a), ese préstamo de amor que nos envían del cielo, para alegrar el alma y darle sentido a nuestras vidas.

Existencia de Amor se convierte en el motor y motivación de Vida. Desde el Amor propio hasta el amor y respeto por todos los seres que nos rodean. Es esa tranquilidad que se respira junto a un ser querido. Es el brillo en los ojos de quienes lo viven. Irónicamente el poder del amor es inmenso, pero no paga las cuentas, ni asegura la salud física y mental de la persona. Y es entonces cuándo te preguntas, dónde está el valor de disfrutar de salud, vivir en una mansión y no tener amor?

Sucede que usted NUNCA tendrá abundancia de estos tres factores. Tome un minuto y evalúe: tiene usted abundancia de SALUD, AMOR y DINERO? Fíjese cómo el Universo se ha encargado de brindarle un reto en todo momento. Por ejemplo: Es probable que tenga salud y amor, pero carece de estabilidad financiera, o tiene muchas deudas, o tal vez no encuentra un trabajo. Tal vez, tiene la fluidez económica que siempre soñó y una casa de ensueño, más saludable que nunca y un cuerpo espectacular; sin embargo, el amor que se asoma en su vida, no es el amor del que enamora o tal vez solo vive fracasos amorosos.

No es casualidad que siempre carecemos de algo; y no es coincidencia que de alguna manera encontramos la solución al reto. El propósito principal en este mundo terrenal es aprender, crecer espiritualmente y dejar un legado. Todos somos autores y colaboradores de nuestro entorno. Encontremos el objetivo de esta experiencia humana que está viviendo nuestra alma. Convierte esa carencia en una experiencia positiva y de crecimiento para tí y tu entorno; mira que la vida es efímera y fácil olvidamos cuán frágiles somos. Sonríele a la vida diariamente, como si fuese el último día.

Con Amor, Carol Kohn