La RECAIDA

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Siendo humana y vulnerable, decido desnudar el Corazón y describir los sentimientos mediante éstas líneas. Porque al perder un hijo, el Corazón se desgarra, duele y la perspectiva de Vida ya no es la misma. Los días no son tan fáciles como quisiéramos y a pesar de cualquier distracción, en tu mente vivirá, la esencia de ese gran dolor en tu Corazón. Es por ello que, quiero compartir contigo lo que se siente; es por ello que, quiero hablarte de lo que muchos consejeros no comprenderán, porque simplemente, no lo han vivido.

En esos momentos cuando se lastima la herida y sientes un dolor muy similar al primer día. El mundo vuelve a ser desabrido, se revive la pesadilla; y de repente, nada tiene sentido. Te sientes perdido en medio de todo y sólo quieres el silencio de tu soledad. Es cuando decides buscar en tu interior, recuerdos de alegría en el intento de revivir un momento feliz. En ocasiones duele más; porque la ausencia es inevitable, el vacío está latente y sientes que nada importa.

Le cuestionas al destino y le suplicas a Dios una explicación. Todo te causa dolor, no importa quien te hable, no importa quien te abrace; sólo deseas volver a ver, abrazar y besar a ese ser que la Vida te arrebató. Es que simplemente extrañas a tu ser querido y no comprendes por qué pasó lo que pasó. Continúas buscando esa Paz en la Fe Divina, confiando que Dios está detrás de todo esto. Que hay una razón dentro de su majestuoso plan Divino. Estás consciente que, no todos llegamos a este mundo terrenal para ser eternos. Sin embargo, el dolor es indescriptible, cuando es un hijo quien se ha sido llamado y ya no está a tu lado.

Hay coraje, furia y un deseo voraz de hacer justiciar. Sin embargo, es de sabios analizar todo, antes de actuar. Puesto que, los impulsos por pasiones pueden traicionar. Cuando se trata de nuestros hijos, no queremos fallar. La ironía está, en soportar el dolor, para salvar el Corazón de quienes amamos con el alma. POR QUE a Mí? te preguntas cada día… cuando todo lo que quisiste ha sido tener una Vida normal.

No hay Vidas normales dicen muchos filósofos, todos tenemos una misión que completar. “POR QUÉ me tocó una tan difícil? Si desde siempre la generosidad y darme al prójimo antepone mi nombre. Será que acaso esto es una prueba de Fe? Más no comprendo, por qué es mi hijo quién debe fallecer?”

Mientras, hay días que se hacen largos y noches eternas; hay días de sol y alegrías; como también hay días de mucha lluvia y lágrimas. Inevitablemente, sigues buscando en los recuerdos, la presencia del Amor de tu hijo. “Hijo mío, cuánto te extraño; duele mucho en el pecho y el Corazón vive quebrantado. Mamá te vive a diario, te piensa y echa la Bendición como el primer día en que te conocí al nacer. Deseando estar a tu lado, pero ambos sabemos que para ello, pasará un rato; también debo cuidar de tus hermanos”.

“Entretanto, tu nombre muchos conocerán y con tu ayuda a muchos otros niños vamos a Salvar. Cambiaremos la historia de los que en silencio no se atreven a hablar. Mi duelo será eterno hasta que nos volvamos a encontrar; y mientras, mi lucha continuará para que otros niños no sufran más”.

“Por favor Sebastián, no dejes de acompañar a Mamá; ojalá y en un próximo sueño nos volvamos a encontrar. Te agradezco por dejarme una señal y para encontrar ese norte por quien luchar”.

“Dios te Bendiga Mi Amor, no olvides cuanto Te Amo y recuerda que el Amor es TODO lo que necesitamos”.

Con Amor,

Mamá