Lección OCULTA
Para la mayoría de nosotros, desde el momento que nacemos y como tendencia general, estamos rodeados de caras felices en nuestra familia y buenos recuerdos. Nuestros padres lo hacen TODO por nosotros: el cumpleaños temático, educación en colegio privado, los juguetes de moda y el famoso viaje a Disney. A menudo recibimos los mejores regalos posibles en la Navidad, en nuestro cumpleaños, como también al completar logros y metas. Por consiguiente, nosotros como padres, también aprendemos a hacerlo todo por nuestros hijos.
Generación tras generación, aprendemos lecciones que nos sirven para seguir una tradición social. En ocasiones, esas lecciones nos sirven para afrontar retos en la vida y en muchas otras, no sabemos que hacer. Desde muy temprano nos enseñan a respetar los adultos, a seguir instrucciones de los adultos, nos enseñan a pedir la bendición y para la mayoría de nosotros, la Iglesia, nuestros padres o algún familiar nos habla de Dios. Recibimos la enseñanzas teóricas en la escuela y de ahí, se van desarrollando las destrezas para leer, escribir, dibujar, aprender de las matemáticas, las ciencias, razonamiento crítico, entre otros.
La llegada de una vida se celebra como un milagro y motor de vida. Sin embargo, no necesariamente, se nos prepara para enfrentar la muerte de un ser querido o cercano a nosotros. Al día de hoy, durante mi niñez, adolescencia o adultez temprana, no recuerdo haber recibido enseñanza alguna sobre el tema de la muerte. Nunca se me habló del contraste de la vida. Nunca se visualiza la muerte como esa realidad cíclica e inevitable de todo ser viviente y muy cercana a cada uno de nosotros. Nunca se nos habla de los fenómenos que suceden después de la existencia física. El tabú de la muerte se apodera de la realidad de vida y nubla nuestro proceso de aprendizaje.
Nuestra perspectiva de vida cambiará tras conocer esa lección oculta. Lección que busca la aceptación de nuestra existencia física, nuestra misión existencial y la amalgama de aprendizajes espirituales a completar antes de partir. Será posible contemplar los supuestos “problemas” como producto de egoísmo, avaricia, envidia, carencia en paciencia etc. y es entonces cuando reaccionar a las situaciones será mucho más fácil. Ese será el momento mágico, cuando reaccionamos positivamente a esas experiencias negativas. Es ese el momento cuando podrás sonreir porque agradeces la oportunidad de ver cada amanecer y disfrutas de lo más simple. Es cuando decides encontrarle valor a los momentos que recordarás de tu existencia física.
Cómo conocer de la transformación de energía si nadie me habló de ello? Recuerdo llorar de dolor al ver mis padres tristes durante un sepelio; recuerdo llorar con mucho sentimiento durante el entierro de mi abuelo más cercano; recuerdo el temor que sentí, tras ver a mi padre batallando entre la vida y la muerte ante un ataque al Corazón. Recuerdo claramente cómo mi corazón se arrugaba de dolor, tras ver a mi hijo partir estando entre mis brazos. Sin embargo, no recuerdo, quien me hablase de la vida después de la muerte.
La Iglesia te habla del Cielo y el Infierno; te habla del bien y el mal; te habla del temor a Dios. Pero, quién me habla de lo que sucede con la energía de ese ser querido? Quién me habla de los mensajes en mis sueños? Quién me habla de las experiencias esotéricas? En qué etapa de nuestras vidas se nos habla de tener todo en orden para facilitarle la vida a quienes dejamos atrás, tras una partida súbita?
Por qué esperar a cuando llegue una emergencia o estemos enfermos, para preguntarle o decirle a nuestros seres queridos cuál sería su deseo o tus deseos, durante una encrucijada de decidir entre la vida y la muerte? La transformación de energía tras la partida de nuestra existencia terrenal, es una lección de vida que muchos prefieren ignorar por ser difícil de hablarlo, pero a la vez sumamente necesario de aprender. Ignorarlo hoy, sólo provocará un dolor más intenso tras la partida de ese ser querido o tras nuestra propia partida.
Qué tal si hoy le dices a tu ser querido cuál será tu señal para comunicarte si algún día dejaras de existir físicamente? Acaso no crees que tu ser querido te lo agradecerá cuando le contemples desde el Cielo? Qué tal si comienzas a poner tus cosas en orden, en caso de una emergencia? Al menos identifica una persona de confianza que pueda tener la respuesta a todas las preguntas. Continúa amando a tu familia y facilítale las cosas ante una emergencia o evento inesperado.
La vida es efímera y todos lo sabemos, sin embargo, constantemente lo ignoramos. La diferencia está en tus manos.
Con Amor, Carol Kohn